Madhouse
Madhouse
Clark Stevens, joven estudiante de medicina, entra como interno en el sanatorio mental de Cunninghall Hall, un requisito obligatorio para poder graduarse. Pero empiezan a producirse sangrientos asesinatos.
Truculento refrito de hallazgos terroríficos de otras cintas del género, incapaz de aportar nada nuevo por sí mismo. Por la pantalla desfilan desde la niña vestida de blanco de Los otros hasta el psicópata del hacha de El resplandor, ofreciendo a los espectadores el juego de adivinar los títulos imitados como única posibilidad para superar el tedio. J.L.S.
Mifune
Mifune
El danés Lars Von Trier promovió el proyecto Dogma 95, cuyo objetivo primordial es quitar a las películas todo ornamento técnico y dejarlas en su esencia: la historia relatada. Mifune es la tercera película de dicho proyecto. Las dos anteriores fueron Los idiotas y Celebración. Soren Krag-Jacobsen considera que Dogma es una gran liberación, pese a las limitaciones que tiene. Afirma que «como director es un intento de recuperar la ilusión por hacer cine (...). Dogma aporta frescura. La película es de los actores y al público le llega más directamente la historia que estos cuentan». Realmente ahí radica el quid de este proyecto: contar una historia que se acerque al espectador, para lo que el director se apoya única y exclusivamente en los actores.
Mi nombre es Joe
My Name Is Joe
Continúa Ken Loach con sus temas y tratamiento realistas —realismo sucio—, de ambientes marginales y problemática social y política. Mi nombre es Joe presenta a este Joe, de 37 años, que, después de años de alcoholismo, ha conseguido dejar de beber; está en el paro y, lleno de energía y simpatía, dedica buena parte de su tiempo a entrenar al peor equipo de fútbol de Glasgow, compuesto por parados, obreros y algún drogadicto; se ocupa también de sus problemas personales y familiares. Es todo un héroe de la solidaridad humana.
Marie-Louise. Una americana en París
Marie-Louise ou la permission
Primer largometraje del joven cineasta francés Manuel Flèche, con un notable currículum de cortos y como ayudante de diversos directores. Autor del guión y de los diálogos, ha concebido una inquieta y juvenil historieta de amor entre Marie-Louise, una americana que estudia en París, y Eric, un soldado con un breve permiso militar (la permission del título original). Citados ambos en la estación de tren a la que va a llegar él, ella le espera equivocadamente en otra. Toda la película es una alocada búsqueda entre los dos, él ayudado por sus compañeros de mili e impedido por una pesada y antigua novia, que, compañera en una residencia de monjas de Marie-Louise, la engaña también con sus malas artes. Cooperan en hacer más caótica la desconcertada búsqueda un amigo de Marie-Louise que quisiera ser su novio, un inspector de estaciones que con su vigilante celo complica aún más las cosas..., y los padres, y las monjas, y la portera, y unos osos blancos... Todo está llevado con un humor a veces realista y cotidiano, y otras extremado hasta el surrealismo o la fantasía.
Mario, Maria y Mario
Mario, Maria e Mario
Producida en 1993, se estrena con manifiesto retraso, tal vez porque sea demasiado local el mundo político que retrata: tras la caída del comunismo, se centra el asunto, en Roma, en el cambio de nombre del partido y en la adaptación a las nuevas y mejores realidades de la vida; demasiado local porque Scola muestra sólo una pequeña célula, en su pequeña sede de barrio, con su poca gente..., compañeros o amigos entre sí, lo cual da además un tono costumbrista, casi folklórico. No hay grandes problemáticas ni hondas ideologías políticas o sociales, sino más bien nostalgia, tristeza.