Ángeles
Angels
Un niño huérfano de madre y cuyo padre se desentiende de él pide a Dios que el equipo de béisbol de Los Ángeles gane una liga de la que es colista. Él cree que a esta victoria va unida la consecución de otro deseo más hondo: encontrar, al fin, un verdadero padre. Los ruegos del chico son escuchados, y un grupo de ángeles opera un verdadero milagro en el mediocre equipo, que comienza a ganar partido tras partido ante la sorpresa de su arisco entrenador.
Amor sin condiciones
Unconditional Love
La vida de una norteamericana de 50 y muchos se vuelve del revés cuando su marido la abandona. Para tratar de olvidar su situación, decide acudir a una de los escasos recitales de Victor Fox, un cantante melódico que le entusiasma. Un misterioso crimen desencadena un torbellino de acontecimientos que Grace compartirá con su nuera enana y un inglés homosexual.
Aquí llega Condemor, el pecador de la pradera
Aquí llega Condemor, el pecador de la pradera
Subproducto con forma y estructura de spaghetti-western para el supuesto lucimiento de Chiquito de la Calzada. El popular humorista andaluz da vida a un singular aristócrata inglés perdido en el lejano Oeste junto a Lucas, su fiel criado mexicano. Ellos quieren regresar a Francia cómo sea, pero se verán envueltos en mil y una peripecias, a cual más rocambolesca.
A tres golpes de la fama
Mr 3000
Stan Ross, apasionado jugador de béisbol, anota su golpe número 3.000, lo que le da derecho a un puesto en el Hall de la Fama. Después de esta hazaña, Stan abandona a su equipo a mitad de la liga. Diez años después, resulta que le han descalificado, quitándole tres puntos. A pesar del tiempo trascurrido, Stan decidirá conseguir los tres puntos que le faltan.
Comedieta al servicio del histriónico Bernie Mac (De incompetente a presidente). El guión es simplón y acumula gags absurdos, por lo que sólo resulta recomendable para apasionados del cómico. J.L.S.
August
August
Primera y más que notable incursión de Anthony Hopkins en la dirección. Este reconocido actor ha echado mano de una gran pieza teatral, Tío Vanya, de Anton Chejov, continuo estímulo para los directores y con unos personajes que son una delicia para los actores. Para los espectadores —pues es ya un clásico universal— resulta también un goce permanente, con tal de que no se dañe esta joya al mostrarla; y con el interés añadido por ver cómo la ha concebido un nuevo director.